30 de agosto de 2012

acertijo

cuando buscás con los ojos y

sencillamente

no hay correspondencia

no cuaja

la piel algunos dicen

o sobre otras cuestiones

teorizan

que el pelo

que el modo en que me dijo

hola

que nada

simplemente

no hay onda

solo un interrogante

solo uno

sin una respuesta

19 de julio de 2012

Sincurso Literario

La Asociación de Escritores Improductivos tiene el agrado de presentar una vez más, y como todos los años, el famoso Sincurso Literario de Cuentos "Migas de Yerbantes". El ganador de este incertamen recibirá un suntuoso premio de 2000 hojas lisas tamaño oficio para seguir desarrollando su noble oficio de no-escritura y concursará automáticamente con su obra del Premio Errale que se otorgará el año próximo.

Las bases para participar de este sincurso se encuentran en cualquier hoja en blanco que el sincursante encuentre en su casa, escuela u oficina, la cual deberá remitirse a la dirección de nuestra Asociación, sin olvidar de colocar su correspondiente firma y todos los datos que sean necesarios.

El honorable jurado estará compuesto por dos escritores ciegos, uno fallecido y el otro irremediablemente analfabeto, todos ellos especialistas en el campo de la escritura nihilista.

31 de mayo de 2012

un romance literario

(Charles Bukowski)

Creo que la conocí por carta o por un intercambio de artículos o revistas
y ella empezó a mandarme sus poemas eróticos sobre violaciones y relaciones lujuriosas,
y todo eso, mezclado con un deseo barato de búsqueda intelectual,
me confundió de tal modo que agarré el auto y viajé al Norte
por los caminos de montañas, valles y rutas desoladas
desvelado, borracho, recién divorciado,
sin trabajo, viejo, cansado, y con ganas de echarme a dormir durante
cinco o diez años, hasta que al final encontré el motel
de aquel pueblo soleado y diminuto, a la vera de un camino de tierra,
y me senté a fumar un cigarrillo
mientras pensaba, estás completamente loco,
y una hora más tarde fui a encontrarme
con ella; era bastante vieja,
casi tanto como yo, más bien fea
y me ofreció una manzana arenosa
que mordí con los pocos dientes que me quedaban;
se estaba muriendo de una enfermedad desconocida
algo así como asma, y me dijo,
quiero confesarte un secreto, ya sé,
le dije: tenés 35 años y todavía sos virgen.
y sacó una libreta con diez o doce poemas:
el trabajo de toda su vida y me vi obligado a leerlos
y traté de no ser odioso
pero eran horribles.
la llevé a una velada de box,
pero tosía por el humo
y no paraba de mirar a todo
el que estuviera alrededor
y se sorprendía cuando los boxeadores
chocaban los guantes.
no sos muy divertido ¿no?, me dijo.
pero después esa misma noche la pasé bastante bien,
y nos vimos tres o cuatro veces más
la ayudé a corregir algunos poemas
y me metió la lengua hasta la garganta
pero cuando me marché
seguía siendo virgen
y una pésima poeta.
Creo que si en 35 años una mujer
nunca abrió las piernas,
entonces ya es
demasiado tarde
para el amor
o la poesía.

22 de febrero de 2012

Volver

Abrumado por la nostalgia cerrada del que no ve horizonte, se obstinó en recuperar misericuerdos que la memoria había tatuado sobre la palma de una hoja, en forma de palabras y juventudes escritas hace tiempo. Al cabo de una mirada no exenta de lágrimas, refulgió una frase abandonada, un indicio promisorio de esperanza y suelo firme para su ánimo extenuado de no hacer pie, vacío. Mas la sólida ilusión del párrafo se deshizo con la lenta pesadez que derrumba las casas y los cuerpos olvidados, hasta clavar el filo concluyente de un dictamen lejano, formulado hace años y dirigido a su yo venidero: “no hay pasatiempo más abominable que el mismísimo presente”.

15 de noviembre de 2011

Coitus Interruptus

Percibir una cilíndrica y resbalosa sensación de ajuste, de circuncisión tensa pero elástica que cercena el tórrido flujo de sangre y que ahoga los latidos de una extremidad con vida propia y final previsto. De repente, la erupción: el chorro fugaz de esa vía láctea que nunca retrocede y va en busca del futuro, hacia adelante, como un impulso decidido a no claudicar ni siquiera ante las estrictas normas gravitatorias que rigen el universo de una lúcida y perfecta acabada. En tu boca, en mis manos, en el regocijo topográfico y abdominal de tu panza, la leche derramada inicia su ciclo de muerte y se transforma en un guarismo inescrutable de víctimas masacradas por el derroche. Entonces, en un acto meramente intencional, desparramo la viscosidad con el dedo para formar una cruz, y nos reímos juntos con esa misma complicidad sagrada que enorgullece a los dioses.