30 de octubre de 2010

El crimen supersónico

In memoriam E. A. P.
ADVERTENCIA
Como en toda elucubración literaria de carácter policial, aquí hay un crimen. Asimismo, hay alguien (o algo) que mata a otra entidad recíproca cuyo devenir, por cuestiones de lógica existencial, muere. Por lo tanto, es necesario advertir que, sobre el final, se encontrará con la muerte inexorable del relato mismo, y de todo lo que éste contiene.
EL RELATO
Recóndito y absolutamente discreto para ser sincero. Así fue como se pudrió todo. Primero con un sonido sordo que esparció las ondas de aire hasta llegar a los tímpanos del mono; luego, un susurro abstracto, imperceptible, acariciándole la mente. El mono piensa. Imagina que se convierte en hombre. Y entre los gritos lacerantes de la jungla y las lianas desoladas, se queda colgado de una idea.
Visible y para nada humilde, si es que no fuera verdadero. No es así como se soluciona algo. En última instancia, hay que callar hasta volverse afónico y aspirar todas las ondas de sonido para que el roce no las desgaste. El hombre calla. Piensa que alguna vez fue mono. Y más allá del cemento queda solo frente a la ficción de la jungla que, esta vez, no perdona.
EL FIN