30 de octubre de 2010

El crimen supersónico

In memoriam E. A. P.
ADVERTENCIA
Como en toda elucubración literaria de carácter policial, aquí hay un crimen. Asimismo, hay alguien (o algo) que mata a otra entidad recíproca cuyo devenir, por cuestiones de lógica existencial, muere. Por lo tanto, es necesario advertir que, sobre el final, se encontrará con la muerte inexorable del relato mismo, y de todo lo que éste contiene.
EL RELATO
Recóndito y absolutamente discreto para ser sincero. Así fue como se pudrió todo. Primero con un sonido sordo que esparció las ondas de aire hasta llegar a los tímpanos del mono; luego, un susurro abstracto, imperceptible, acariciándole la mente. El mono piensa. Imagina que se convierte en hombre. Y entre los gritos lacerantes de la jungla y las lianas desoladas, se queda colgado de una idea.
Visible y para nada humilde, si es que no fuera verdadero. No es así como se soluciona algo. En última instancia, hay que callar hasta volverse afónico y aspirar todas las ondas de sonido para que el roce no las desgaste. El hombre calla. Piensa que alguna vez fue mono. Y más allá del cemento queda solo frente a la ficción de la jungla que, esta vez, no perdona.
EL FIN


6 comentarios:

Sergio Francisci dijo...

: Bien, veo con placer que el mono ha obrado un nuevo acto. El inmemoriado debe estar, también, agradecido por su POÉtica.

ufano trujamán dijo...

O revolcándose en su propia tumba, algo común en la ficción POÉtica. Feliz regreso al planeta de los simios.

Javier dijo...

Esto no podría ser más creativo porque no podría ser más perfecto. Ineludible el encuentro con el destino (literario) de un amigo. Acaricia mi ensueño el suave murmullo de tu suspirar.

ufano trujamán dijo...

Sí, sí. Así es, en la cuenca del Murmullo, allí donde habitan los suspiros de la inutilidad y el silencio navega las aguas de la perfección. Cambio y fuera.

Anónimo dijo...

Il semble que vous soyez un expert dans ce domaine, vos remarques sont tres interessantes, merci.

- Daniel

Edgardo G. dijo...

Gracias por tu mensaje en mi blog. Perdón, pero no te puedo pasar mi número de teléfono. No tengo ganas de hablar justo hoy. Mi perrito no resistió más las convulsiones y a la tardecita se acabó todo. Es/era un beagle. Si querés después te paso más datos. No sé si te sentiste identificado por el tema pichicho, por el tema vieja o por qué, pero si tenés un pichicho en las mismas condiciones, te puedo contar mi/su/nuestra experiencia. Un abrazo. (Al margen de eso, muy bueno el crimen supersónico)