30 de octubre de 2010
El crimen supersónico
5 de julio de 2010
De voces, palabras y hacedores
.—¿Qué hace esta gente, don?
.—Muy simple —contestó el tipo rascándose la nuca—. Naufragan en el mar que va del dicho al hecho.
2 de julio de 2010
Mis perras noches
Entonces cuando menos me doy cuenta, cuando miro el reloj y me digo que la caminata ya fue suficiente, las muy perras no me quieren seguir. Empiezan a correr como locas, a juguetear haciendo caso omiso de mis gritos, a tratar de distraerme por cualquier medio. A veces, incluso, se muestran decididas a no volver sin antes revolcarse de espaldas en la osamenta. (Es que disfrutan de ese olor a muerte, el mismo que, vedado por la inconsciencia de su infinito presente, les confiere un goce sin grietas y solo comparable con la eterna oscuridad de nuestras noches.)
15 de junio de 2010
Embutido de Dunsany
30 de mayo de 2010
Una nada sola no puede hacer hombres
Los hombres descuentenados pisaban la tierra húmeda y decían “tierra”; miraban los pájaros gritar y decían “pájaro”, tapaban sus ojos al mirar el cielo del mediodía y con una sonrisa en el rostro se decían unos a otros: “sol”… Pero uno de ellos se despertó un día sobresaltado por un mal sueño y, sin querer, articuló la palabra “sueño”. Al día siguiente todos dijeron “ayer” y con el paso del tiempo cantaron bajo la luz de la luna para recordar las noches antiguas y celebrar las lluvias, mientras unos monos parlanchines miraban desde los árboles y repetían asombrados lo que los hombres decían.
22 de abril de 2010
Ni siquiera nada
Los mendigos se agolpan en las veredas. Cuando el transeúnte pasa le clavan una mirada ciega y al mismo tiempo ruegan: “¿No tiene un momento que me dea?”. Urbanana frita.
“Los biógrafos de Penélope no hicieron más que confirmar la inexistencia de un amante que nunca llega, pero sin haber podido descifrar aún el misterio de la espera. Al parecer, la última frase de su diario encierra la clave: El tren se nos va todos los días”. En pampamar y la vía lechera: Crónica de amantes perdidos.
26 de marzo de 2010
Tres títulos sin sentido para un texto que no dice nada: "El sueño trunco", "La encrucijada", "El general no tiene quien lo siga"
Es en vano, no hay con qué darle: estoy de nuevo acá, parado en el medio de la plaza San Martín, tratando de decidir por dónde sigo. En el centro, la estatua del general que me supera en altura, cabalgando en su caballo inexorablemente blanco con la oriflama de los Andes en la mano, indicándonos el camino. Los próceres son próceres por eso, por ir siempre adelante. Un palíndromo sirio lo será mañana, estoy seguro, por haberse puesto a la vanguardia en su época de aspiraciones y habernos instado a seguirlo. Y dicen, mejor dicho, siguen insistiendo con eso de que pisar mierda trae suerte.
Será por eso que no me decido: la superstición afirma que el lado del culo trae mala fortuna, que hay que pasar por la boca. No por temor a ser estercolado en el acto, convengamos que la escultura ecuestre es de bronce y no conserva nada de vida. Pero yo sé que ambos orificios son sólo vértices de un tetractys temporal hacia el olvido, y que la boca de tiempo que descansa en el suelo es el tercer punto de la mística figura. Abertura caníbal, umbral a lo desconocido. No paso por ahí ni en pedo, no soy geófago ni me chupo el dedo. Mejor me quedo a dormir acá, en el medio de la plaza. La encrucijada también ofrece la opción de no tomar ningún camino y de quedarnos esperando hasta que pase el último grano de arena. Tal vez así pueda seguir soñando; porque aunque sé que no toda es vigilia, me agota estar todo el tiempo con los ojos abiertos. Eso sí, que el último que se acueste no se olvide de poner el despertador, no vaya a ser cosa que sigamos de largo.
ANILEM, el vocablo irreversible
¿Qué cosas más tardías podría concederme el tiempo?
Un momento azaroso que se vislumbra entre las horas
tanto más que un descuento de añoranza y voluntad sentida.
Algo querrán decir, entre las líneas, debajo de ellas
en las palabras que no están escritas y que sin embargo se empecinan
por salir hasta la puerta, para mirar el sol de frente, para esputar
contra el silencio
como si fueran el último símbolo de un abecedario perdido, lleno de letras.
Hay un reproche de piedra caliza en el fondo del día
Hay un decir y un escucharnos de a poco, en silencio
Hay un pretérito esponjoso que no para de estrujar lágrimas rezando estampidas de palabras
Hay una mar
Hay un te quiero
Hay de todo menos, de mucho más, de poco nada
y de la nada se cuela un viento encendido y en ése fuego respira el llanto
Hay vos
Hay yo
Hay algo más que dos
¿Hay amor?
Hay que pensar sin elementos
Hay que nadar hasta el ocaso
Hay que morir
Hay una manta en el pecho
Hay una rosa flaquita
y hay muchas más creciendo
Hay unos labios que sólo llegan a un par
Hay un murmullo
Hay un resabio de fiesta
Hay un vaso, una botella, hay un ardor
y hay otro par de labios
que esperan por siempre ese trago
el ansiado
el final
el que indudablemente siempre
seguiremos tomando.
12 de marzo de 2010
Los Gúos o Avatar Reloaded
Por desgracia, la población de los Gúos se ve amenazada hoy en día por el avance y el progreso de otra civilización mucho más poderosa: los Olvidos. Estos seres borran y depredan cuanta cosa se les ponga delante. Para ellos no hay memoria, ni nostalgia, ni recuerdo que valga la pena preservar. Todos debemos considerarnos antigúos y, en mayor o menor medida, descartables.