15 de noviembre de 2011

Coitus Interruptus

Percibir una cilíndrica y resbalosa sensación de ajuste, de circuncisión tensa pero elástica que cercena el tórrido flujo de sangre y que ahoga los latidos de una extremidad con vida propia y final previsto. De repente, la erupción: el chorro fugaz de esa vía láctea que nunca retrocede y va en busca del futuro, hacia adelante, como un impulso decidido a no claudicar ni siquiera ante las estrictas normas gravitatorias que rigen el universo de una lúcida y perfecta acabada. En tu boca, en mis manos, en el regocijo topográfico y abdominal de tu panza, la leche derramada inicia su ciclo de muerte y se transforma en un guarismo inescrutable de víctimas masacradas por el derroche. Entonces, en un acto meramente intencional, desparramo la viscosidad con el dedo para formar una cruz, y nos reímos juntos con esa misma complicidad sagrada que enorgullece a los dioses.

11 de noviembre de 2011

La sapiencia taoísta de Melville

“I am a man who, from his youth upwards, has been filled with
a profound conviction that the easiest way of life is the best.
Hence, though I belong to a profession proverbially energetic
and nervous, even to turbulence, at times, yet nothing of that
sort have I ever suffered to invade my peace”.

Bartleby, The Scrivener, A Story of Wall-Street

Desde joven, he vivido con la profunda convicción de que la
mejor forma de vida es siempre la más fácil. Por eso, aunque
tenga una profesión en la que la histeria y el frenesí son estados
proverbialmente habituales, llegando por momentos a tornarse
realmente salvajes, nada de esto ha logrado perturbar
jamás la tranquilidad que me invade.

Bartleby, El escribiente, Un relato de Wall-Street